viernes, 22 de abril de 2016

Jorge Manrique en la Casa regional de Palencia en Madrid


JORGE MANRIQUE EN LA CASA REGIONAL DE PALENCIA EN MADRID


Quisiera, en primer lugar ,en nombre de mi amigo Cristian Casares y en el mío propio, agradecer a la directiva de esta Casa, y a su presidenta, Doña Maite Ruiz de la Parte, el honor que se nos hace de estar hoy aquí, en esta mesa,  con la única finalidad de  recordar a  un personaje de fama  universal  y al mismo tiempo, quiero también,  agradecer a Uds., a  vosotros, la  asistencia, aunque realmente pienso que estamos todos  aquí con la voluntad y el deseo  de  traer a la actualidad el pasado remoto de  un genio palentino, que a pesar de haber  dejado este mundo hace 522 años, permanece presente en el ánimo de todos. 

Quiero también dar la bienvenida, en nombre de esta Casa de Palencia, a las personas que están hoy aquí  y que pertenecen, por decirlo de alguna forma, a la otra vertiente de nuestro poeta, a los pueblos conquenses de la Mancha que lo vieron morir. Jorge Manrique es también de ellos, es también de nosotros, realmente es de todos aquellos que admiramos y sentimos sus poemas.

 Jorge Manrique   está  vivo entre nosotros a pesar de haber sido  un personaje secundario, totalmente eclipsado por la fama y arrogancia  de un padre dominante, el gran don Rodrigo Manrique de Lara, en cuyo sepulcro  del Monasterio  de Uclés, donde fue enterrado, dicen que había una inscripción,  que decía  “Aquí yace muerto un hombre que vivo dejó su nombre”. Sin embargo, mucho tiempo después, nosotros recordamos  al famoso Don Rodrigo Manrique, no porque fuera Gran Maestre de la Orden de Santiago, no porque fuera primer conde de Paredes de Nava,  no por sus hechos históricos, no porque venciera en 24 gloriosas batallas a bandera desplegada, no porque fuera llamado en su tiempo el “segundo Cid”, sino por ser únicamente el padre de un hijo, que supuestamente abatido y desconcertado por pérdida tan grande, hablando el lenguaje íntimo del alma, supo llorar la  muerte de su padre,  en unas coplas llenas de sentimiento y cordura, en estrofas  tan bellas, tan armoniosas,  que aquellos que alguna vez las hallan leído. no podrán por  menos  que recordarlas con admiración. Quiso Don Jorge inmortalizar a su padre y fueron sus coplas las  que a él mismo inmortalizaron.

Fue Paredes de Nava. tierra de Manriques, "Los Manrique" como llamaban en las crónicas de la época a los miembros de una familia numerosa, asentada en la meseta palentina de Tierra de Campos, que tuvo su esplendor político y económico entre los reinados de Don Juan II de Castilla y principios del reinado de los llamados Reyes Católicos. Descendían de la mítica y aristocrática  Casa de Lara, familia castellana, cuyos hombres medievales nacidos para la guerra, para la intriga y el poder político, tomaron parte en todos los hechos históricos que sucedieron en Castilla y de los que probablemente heredaron los Manrique, la ambición por forzar la gloria y la riqueza.

Acampó la  familia Manrique en la villa de Paredes de Nava con la figura de Don Pedro Manrique de Lara, cuarto de este nombre, VII  señor de Amusco, Adelantado del Reino de León, abuelo del poeta, que fue distinguido por el rey Don Juan II con la adjudicación del señorío de la villa de Paredes de Nava en el año 1.429. Pero fue su segundo hijo, Don Rodrigo, padre de Don Jorge, el más paredeño de todos los Manrique, heredó a la muerte de su padre, el señorío de la villa  y años más tarde consiguió del rey, como contrapartida a su lealtad política y guerrera, el condado de Paredes de Nava para él y sus descendientes, perpetuamente y para siempre jamás.

En Paredes hoy ya no hay nada material que recuerde a los primitivos Manrique. Del alcázar o palacio que dicen las crónicas  construyó en este pueblo D. Rodrigo  y que estuvo ubicado en lo que hoy llamamos plaza de la Iglesia de San Martín, barbacana que llaman otros, ya no hay nada a excepción de alguna parte de la misma iglesia que pudo pertenecer al palacio y un pozo bellamente embrocado, de grandes dimensiones, en terrenos ahora de casas particulares. En el Catastro del marqués de la Ensenada, se dice que el palacio fue edificado en una bella planta de diseño cuadrado, con muros laterales de unas dimensiones de más 60 metros de lado y que en el siglo XVII se encontraba en ruinas y por tal motivo fue vendido por la propiedad, años mas tarde, a la Compañía constructora  del Canal de Castilla para aprovechar sus piedras de sillería, con las que construyeron lo que conocemos hoy como Casas del Rey y otros restos que se encuentran desperdigados, formando parte de algunas construcciones que conocemos... ya ven  lo que son las cosas...

En Paredes de Nava, tierra de tan ilustre poeta, no lo olvidamos, no queremos olvidarle, aunque a veces parece como si ello  hubiera sucedido alguna vez. Ahora  ya no son posibles tales olvidos, porque de una u otra forma, nos vamos acercando a él, lo vamos haciendo más nuestro, lo tenemos entre nosotros.

Así, hace algunos años, muchas gentes de este pueblo, molestas por olvidos tan significativos, emprendieron con ánimo la ardua tarea de materializar el recuerdo de nuestro poeta, coincidiendo con el quinto centenario de su muerte. Hoy disfrutamos de un bello monumento de gran valor artístico, obra de Julio López  Hernández, que ensalza  la figura de este ilustre paredeño, esperando con ilusión concluir  la segunda fase  del conjunto escultórico, para que luzca en todo su esplendor,  allí donde está, a los pies de la torre  de la iglesia de Santa Eulalia . Hoy traigo  el encargo personal de nuestra alcaldesa Doña Montserrat Infante Pescador para invitarles a todos Vds. a participar en estos actos de inauguración que probablemente tendrán lugar en fechas próximas al mes de Septiembre.

Hace ya varios años, cuando entró en servicio la autovía que desde Madrid se dirige a Alicante, a la altura del kilómetro 165, mucho antes de llegar, se ve  en lo alto, como si estuviera realmente en un escaparate, un magnífico castillo junto a unas casas que los paneles del ministerio de Fomento señalan con el nombre de villa del Castillo de Garcimuñoz.  Su fácil acceso permite  que siempre que uno pase por allí se acerque a visitar ruinas de tanto significado para los palentinos, para los paredeños, creo que para todo el mundo.  Tampoco es difícil á la vuelta, desde Alicante, en dirección hacia Madrid, acercarse al pueblo de Uclés, desviándonos algunos kilómetros desde la autopista cerca ya de la  capital, para ver el magnífico Monasterio que fue sede del Maestrazgo castellano de la Orden de Santiago, donde tantos hechos históricos han tenido lugar en relación con la familia Manrique.

El año pasado tuve la suerte de enterarme de que las gentes de estos lugares todavía recuerdan hoy a Jorge Manrique. Escritores y poetas   escriben sus alabanzas y  monumentos a su persona  ocupan lugares preferentes en estos pueblos de la mancha conquense. Todos los años, en fechas de abril, el sábado que sigue al fatídico día 24, la Asociación Cultural Jorge Manrique, en una  Jornada Manriqueña, conmemora  la memoria del poeta con certámenes poéticos y conciertos musicales, recorriendo lo que se ha llamado  Triángulo Manriqueño, aquí el Castillo de Garcimuñoz  y la Cruz de Don Jorge, dónde dicen fue herido, allí Santa María de Campo Rús, donde murió y allá lejos, el Monasterio de Uclés donde fue enterrado junto a su padre, el Condestable Rodrigo Manrique.

Este año, la Casa de Palencia en Madrid y el pueblo de Paredes de Nava, hemos sido invitados a participar en este acontecimiento, por lo que estamos muy agradecidos y dispuestos con mucho gusto  a asistir y participar en estas fiestas que tienen para todos nosotros un mismo pensamiento, un mismo sentir.

 El programa establecido  para esta  VII Jornada Manriqueña es el siguiente: Salimos de esta casa a las nueve menos cuarto de la mañana hacia la Iglesia de Garcimuñoz donde recibirán las autoridades  locales a todos los participantes. Visitaremos  la Cruz de Don Jorge y veremos una actuación  de títeres medievales. Más tarde nos trasladaremos a Santa María del Campo Rus donde visitaremos el monumento, el Centro de Estudios Manriqueños  y asistiremos a la inauguración del Retablillo de don Jorge y del   Monolito en el Prado. En el mismo lugar tendremos una  comida manchega. Por la tarde, en Uclés, visitaremos el Monasterio y asistiremos a la entrega de premios del certamen de poesía  y a un concierto musical. Todos Vds son bienvenidos y podrán recibir más información en secretaría.

 
Representación teatral de las coplas por Cristián
Casares. "Jorge Manrique, el enamorado de la muerte".
Pues bien, señoras y señores, quiero decirles, que el instigador de tan acertada decisión, el que empujó para llevar a cabo esta efeméride, está hoy aquí con nosotros, Cristián Casares, es  hombre de  gran sensibilidad para todo lo que sea arte, es un actor de gustos medievales que ha recorrido con su carro de comedias los pueblos de la provincia de Cuenca representando su espectáculo  “Jorge Manrique, el enamorado de la muerte”  con motivo de la celebración, hace unos años, del quinientos aniversario de la muerte de don Jorge. Él concibió lo que se ha llamado Triángulo Manriqueño, conoce el sentir de  la obra poética de Manrique, ha  llevado el mensaje del poeta a muchos lugares, ha ...., mejor que lo conozcan:  

Ante Vds, el comediante del carro de comedias ......

        Bien Cristián, nos has contado como murió D. Jorge,  pero...

        Por qué luchaba?   ¿Contra quién?   Y sobre  todo... ¿Quién fue don Jorge Manrique?.

        Es lo que voy a intentar contarles a Vds..... :


      Jorge Manrique fue un noble medieval que  practico la guerra y saboreó la meditación y el sentimiento literario.

      Pero al  hablar de su persona, no podemos hacerlo de una forma  individual, como un personaje independiente, pues en sus dos vertientes, tanto la guerrera, la bélica, como en la literaria o poética, su personalidad se encuentra completamente  influida, incrustada, sumergida en el seno de una familia numerosa y poderosa, clan  familiar que practica  el heroísmo de las armas y busca por ello fama y poder, con una concepción nobiliaria de la vida, de la sociedad y en gran parte de la política. “Sois Manrique de Lara, sois Mendoza, nuestra familia es tuétano de Castilla” dicen, que decían.

      Los tiempos que hablamos, los de Don Jorge, son  tiempos todavía de reconquista, de recuperar las tierras que pertenecieron a los godos, son tiempos de lucha permanente con los llamados infieles que todavía las ocupan y por ello, los Manrique, nobles caballeros castellanos, son hombres de época, hombres bélicos, hombres de frontera que viven permanentemente sobre las armas vigilando las tierras encomendadas o quizás esperando una oportunidad para ganar terreno al enemigo ”Mis arreos son las armas, mi descanso el pelear” dice el romancero de aquellos hombres medievales. “Manriques sangre de godos, defensa de cristianos y espanto de paganos” les decían.

     Pero "Los Manrique" participan también de guerras particulares de señor a señor, especialmente en torno  a la Orden de Santiago, abanderando los intereses de esta poderosa fuerza de caballería que campea por la Castilla medieval. Su norte, es la honra y el linaje familiar se empeña en dignificar la familia con divisas y expresiones “Nos non venimos de reyes, que reyes vienen de nos” dicen los Manrique Tienen creencias arraigadas en la herencia de bienes espirituales al igual que las materiales, y el honor y la sangre derramada en la batalla, se transmite genéticamente, así alguien dijo  “nada se podría ganar sin  derramar sangre de los Manrique”.

      La  familia Manrique se enfrenta  a la autoridad de la corona, al Rey Don Juan II de Castilla por la enemistad que mantienen con su valido Don Alvaro de Luna, enemigo mortal, al que consiguen empujar al patíbulo en la ciudad de Valladolid. Mantienen posiciones de intransigencia  y se ponen al lado del llamado Príncipe Rey Don Alfonso, hermano del rey Don Enrique IV al que pretenden destituir en la llamada farsa de Avila, por lo que sufrieron defecciones y confiscaciones de  bienes.

    Pero estos hombres bélicos, presienten también la llegada del Renacimiento y practican refinamientos en el vestir, en el hacer y se inician contrariados en el cultivo de las letras, pues nuestros caballeros preferían las armas sobre las letras. Sin embargo, el ambiente literario en que vivieron los Manrique, fue de un depurado refinamiento intelectual, pues los Manrique son también poetas, una vena literaria corre por sus venas. Se conservan poesías del propio padre de Jorge, de su hermano mayor Pedro, pero es su tío paterno Gómez Manrique y el propio Jorge los poetas que florecen en la culta corte de Enrique IV y continúan con los Reyes Católicos, en que ya se consolida plenamente el movimiento renacentista con la invención de la imprenta.

    Es Jorge el segundo hijo varón del tantas veces mencionado  D. Rodrigo, Comendador de Segura de la Sierra y de Doña Mencía de Figueroa, sobrina del conocido marques de Santillana. No existen datos documentales que acrediten ni el lugar ni la fecha de su nacimiento, pero por la vinculación de la villa de Paredes de Nava con la familia Manrique, especialmente al padre de Jorge, se puede atribuir a esta villa el lugar de su cuna y el año de 1-440 la fecha de su nacimiento, haciendo uso de el marcado peso de la tradición. El nombre bautismal de Jorge es un misterio, pues no hay con anterioridad ningún Jorge conocido en la familia Manrique y además, es un nombre nada frecuente en Castilla y podía estar en relación con la extrema conexión que tuvo don Rodrigo con los Infantes de Aragón.



Notas de Archivo. Santiago Francia. ACP. Actas capitulares 1.462.Fol. 58.r.e


  

 La primera aparición en la corte de documentos de D. Jorge es de 1.465, tenía pues la edad de 25 años  y probablemente  hacía tiempo que D. Jorge tenía ya sobre su manto la roja cruz en forma de espada distintivo de la Orden de Caballería de Santiago, y  parte de su infancia la había pasado, supuestamente, en la localidad jienense de Segura de la Sierra, cabeza de la Encomienda Santiaguista, confiada  a su padre..

El investigador palentino Santiago Francia Lorenzo, en sus Notas de Archivo, publicó, en 1987  "El cabildo propone a Don Joge Manrique para una canonjia" disposición que se encuentra en el libro de Actas Capitulares del Cabildo Palentino correspondiente al 1º  de Octubre de 1462,cuando "Jorge Manrique fijo del conde de Paredes" tenía la eda de 22 años, (Actas Capitulares 1462,fol.58r-l).
    
No cabe duda que D. Rodrigo se preocupó de que sus hijos aprendieran a danzar, cantar y trovar y vistieran con decoro y fue la  familia paterna, la que con seguridad influyo en esta formación de sus hijos, pues los tíos del poeta formaban una galería de figuras de indudable relieve. De todos los hermanos de esta numerosa familia, es don Rodrigo el que destaca  como guerrero, siendo superior al resto de los hermanos por su carácter y por  la energía de su voluntad,  era la cabeza efectiva de la familia, más que el propio primogénito asumiendo el mando familiar. Por este motivo creemos que predominó sobre la educación social de sus hijos una consumada formación caballeresca, el oficio de las armas y el dominio del caballo, la estrategia del combate, las maneras y formas de ataque, las escaramuzas eran dominios esenciales para los hombres de armas, pues la honra del caballero eran las virtudes militares. La cetrería, la caza, los ejercicios de fuerza y corriendo con su padre los peligros de las expediciones bélicas, adquirieron don Jorge y sus hermanos  la experiencia y la disciplina necesaria para el arte de la guerra. 

    Los Manrique, en nombre de la Orden de Santiago, consiguen  por las armas  la encomienda de Montizón que recibe Don Jorge en 1.467, el cual se presenta ya como verdadero caballero que defiende los territorios a él asignados y por lo que recibe ingresos económicos. La encomienda contaba con una serie de poblados que hoy son pueblos prósperos de la provincia de Jaén, como Torre de Juan Abad,  Belmontejo de la Sierra que después se llamo, en honor a su padre Villamanrique, nombre que conserva, Chiclana y  Montizón con su fortaleza que no es hoy más que un corralón de ganado con las partes más nobles en estado ruinosos. 

    Hasta en decisión tan personal, como es la de tomar esposa, don Jorge parece que sigue las huellas de su padre y casa en 1.470 con Doña Guiomar de Meneses, hermana menor de Doña Elvira, tercera esposa de D. Rodrigo, su padre, la cual no fue bien aceptada por Jorge y sus hermanos. Pertenecen estas señoras a una  de las principales familias toledanas de gran influencia económica y política,  y las fortunas de sus dotes sirvieron para pagar las campañas militares de los Manrique, en aquellos años de inflación y carestía que precedieron al reinado de los Reyes Católicos. Las banderías, las luchas de los partidos, las ambiciones, las rencillas de la corte engrandecen y arruinan a los Manrique.

    Dicen de Don Jorge que fue un hijo acuñado por la vigorosa personalidad  paterna, que la guerra, fue un destino, al que su educación le había llevado, pero que su forma natural de ser, necesariamente tenía que estar  ligada a un alma sensible, tierna, dotada de lirismo, de fuerza expresiva,´ de capacidad intuitiva, de reflexión, de melancolía.

    La muerte de su padre, acaecida en la villa de  Ocaña en Noviembre de 1476, quizás liberó a Jorge de las apreturas de la coraza de guerra, de la violencia de las armas y, distendido, sin ser consciente de ello, ensanchó su alma de poeta, deslizándose los pensamientos de su mente hacia los caminos de la métrica y de la rima, de la genialidad, de la inspiración, descuidando todo aquello que había aprendido de su padre.

    Y así debió de ocurrir, pues lo hechos de armas que se sucedieron desde entonces, no fueron venturosos para nuestro personaje. En 1477, meses después de la muerte de su padre, en una confrontación armada, fue militarmente vencido y preso en la villa de Baeza y necesitó para ser liberado, el perdón y consentimiento de los Reyes. Dicen sus biógrafos que fue en esta época, aceptando que las coplas no debieron de escribirse de un tirón, si no en varios fragmentos, cuando Don Jorge, aprovechando un paréntesis de meditación, debió de escribir algunos de estos fragmentos o incluso  el ajuste total del poema.

    Don Jorge Manrique de Lara, Comendador de Montizón, Caballero Trece de la Orden de Santiago, Capitán de la Hermandad de Toledo, fue el caballero elegido por Isabel la Católica para defender sus aspiraciones a la corona de Castilla, frente a las poderosas  huestes del marqués de Villena, partidario de Doña Juana la Beltraneja.

    Y en el anochecer de una tarde del día 24 de abril de 1479, frente a los grises muros del Castillo de Garcimuñoz, el cuerpo guerrero de don Jorge, lleno de juventud, de lirismo, de poesia, de genialidad, fue mortalmente herido por su contrincante D. Pedro Baeza.

    Entre sus ropas, dicen, encontraron papeles de versos ensangrentados, como si ellos fueran los últimos suspiros de este sublime poeta, que quiso ser también guerrero.

    Y ahora, Sr. comediante, le pido que comience su función, que nos declame las proezas del guerrero, los versos del poeta.

 ¿Qué es aquello? ¿Qué es aquel lema que lleva Don Jorge grabado en su estandarte?  Parece que dice:  Ni miento ni me arrepiento, ni ...



José Herrero Vallejo

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