CONDESAS DE PAREDES DE NAVA
Precursoras de los derechos de la mujer
El movimiento que busca la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, de forma que a nadie se le impongan trabas artificiales para seguir sus aspiraciones, simplemente por pertenecer a tal o cual género, es un movimiento que en la actualidad es claro y manifiesto, derivado de la propia libertad social.
En tiempos lejanos a los de hoy, muchas mujeres eran conscientes de las limitaciones que padecían en la sociedad, y a su manera, y en relación con costumbres y medios permitidos, se arriesgaban a remover costumbre tan arraigada en los siglos.
Los inicios de tales protestas, como no podía ser de otra forma, partían en general de mujeres de relevancia en la vida social, dotadas de exquisita sensibilidad que, astutamente y con delicadeza y sin peligro, comentaban estos hechos sin aludir expresamente a ello. A tal hecho se refiere la doctora Frédérique Sicard, de la Universidad de Caen, ERLIS 2.014 (Francia, pinchar para leer) al estudiar estos movimientos sociales en tiempos pasados, que en algunos casos, parece como si ellos pudieran haber pasado alguna vez inadvertidos, pero indudablemente, afirma, dejaron su huella en la sociedad.
En este sentido se refiere esta investigadora de la historia de las civilizaciones, a las propias condesas de Paredes de Nava,en una publicación que titula "Las condesas de Paredes de Nava", que por su calidad social y por su categoría personal, fueron muchas veces personajes importantes de la vida de la corte española, donde ejercieron cargos palaciegos que las llevaron a compartir la intimidad de la familia real. Siguiendo el espíritu familiar de los Manrique, dado a las letras y la escritura, aprovechando su situación social, utilizaron las condesas esta peculiaridad para promover y fomentar la escritura femenina, y de cierta manera, el derecho a la expresión y a la acción femenina. De generación en generación, las condesas de Paredes promovieron escritos que reivindicaban el derecho a la instrucción para las mujeres, sin que fueran inquietadas por su compromiso ideológico-literario.
Inés Manrique de Lara y Manrique de Lara, VI condesa de Paredes de Nava (¿-1.583), fue camarera mayor de la infanta, mas tarde reina, Ana de Austria, cuarta esposa de Felipe II y madre de Felipe III. Inició, impulsó y financió en al año 1.520, el libro titulado “Espejo de consolación” que ensalzaba a las mujeres fuertes y santas del Antiguo Testamento, reflejando este tema una voluntad por defender cierto modelo de mujeres nobles y ejemplares, como Esther, Judith, Ruth, Raquel, estrategia de la condesa para ensalzar la fuerza de carácter y la acción de las mujeres, mediante ejemplos espirituales bíblicos. El autor de esta obra, por encargo de la condesa, fue el franciscano Juan de Dueñas, pues entonces las mujeres tenían prohibido el derecho a escribir.
María Luisa Enriquez Manrique de Lara y Luján, IX condesa consorte de Paredes de Nava (1.604-1.660), vivió en la corte de Felipe IV, fue aya y camarera mayor de la princesa María Teresa, más tarde reina de Francia. En 1.648 abandona la corte e ingresa como novicia carmelita descalza en el convento de Malagón (Ciudad Real) desde donde mantiene correspondencia con el rey Felipe IV de las que se conservan 33 ejemplares. Poetisa, componía versos de temas religiosos, de piezas teatrales, escribió el libro titulado "Año Santo”, cuyo censor le impuso que lo escrito allí no es invención de ella misma, sino de textos de Doctores y que no se publique con su nombre, exigencias en aquellas épocas por los Prelados Superiores que vigilaban los escritos de sus súbditas escritoras. Un siglo después, en 1.780, sale una nueva impresión, esta vez ya con el nombre de Sor Luisa, algo se había conseguido.
María Inés Manrique de Lara y Manrique Enríquez, X condesa de Paredes de Nava (¿-1.679) dama de honor de Mariana de Austria, segunda esposa de Felipe IV, participó en las actividades de la corte defendiendo como era habitual en las condesas de Paredes, el derecho a la escritura femenina y en cierta manera a la expresión y acción femenina.
María Luisa Gonzaga Manrique de Lara (pinchar para leer), XI condesa de Paredes de Nava (1.649-1.721), virreina consorte de Nueva España (1.680-1.688) alcanzó del Rey Carlos II el título de Grandeza de España para el condado de Paredes. Ha pasado a ser parte principal de esta historia por ser musa, amiga, protectora y mecenas de la famosa poetisa mejicana Sor Juana Inés de la Cruz, a la que apoyó en su lucha por los derechos a escribir de la mujer, por su valentía en la acusación a los privilegios de los hombres y el reclamo de igualdad para las mujeres en derechos y privilegios.
María Isidra Cruz de la Cerda y Guzmán, XIV condesa de Paredes de Nava (1.742-1.811)), camarera mayor de la reina María Luisa de Parma, esposa de Carlos IV, casó con el marqués de Montealegre, D.Diego d Guzman. Persona preocupada por los derechos de la mujer, en la línea habitual de las condesas, por simpatía personal hacia su persona, los reyes proclamaron para ella y sus des cendientes la Grandeza de España en Primera Clase. Su hija María Isidra de Guzmán y de la Cerda(1.767-1.803) fue conocida como la “Doctora de Alcalá” pues fue la primera mujer que ostentó el título de doctor y la dignidad de académico de la lengua. Dominaba varios idiomas y fue la primera mujer en pertenecer a la Real Sociedad Vascongada de amigos del País y a la Sociedad Matritense, que alcanzó de la mano del propio Jovellanos. En Madrid hoy se la recuerda en el nombre de una calle céntrica y de largo de recorrido, María de Guzmán y un colegio de primaria en Alcalá de Henares. La prensa de entonces señaló al respecto, que semejante logro no era de extrañar”¿acaso no era doña María Isidra de la famosa casa de Paredes, que tantas escritoras defensoras de la escritura femenina había tenido”?
José Herrero Vallejo
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