viernes, 6 de mayo de 2016

El Rey Carlos I en Becerril de Campos




EL REY CARLOS I EN BECERRIL DE CAMPOS


    <<El Condestable de Castilla, magnífico señor don Iñigo López de Velasco, duque de Frías, cuando oyó que el Rey estaba a una corta legua del pueblo, subió a caballo para ir a su encuentro acompañado de muchos hombres de pro, todos ricamente vestidos. Con este condestable estaba el obispo de Palencia, también algunos de sus hijos y un yerno suyo, todos vestidos con  paños de oro. Después de haberse apeado, hizo, dicho condestable,  la reverencia al Rey besándole la mano, según la usanza del país, llamándole el bien venido a sus tierras, se le ofreció en honor, servicio y obediencia, y lo mismo hicieron dicho obispo de Palencia y muchos otros personajes importantes; después fueron a saludar a doña Leonor y a las damas y doncellas; luego hecho esto, volvieron a subir a caballo y escoltaron al Rey hasta el pueblo de Becerril, siendo así muy noblemente acompañado y yendo los cortesanos entremezclados con las gentes de dicho condestable y del obispo de Palencia >>

    <<Al entrar en el pueblo iban después de estos nobles varios grandes dignatarios, nobles, señores y caballeros de la Orden, y también muchos barones, condes y marqueses. Después iban las trompetas del Rey, los reyes de armas y heraldos, los maceros  llevando la maza blasonada con las armas de dicho señor Rey, y el caballerizo mayor, que llevaba la espada de la justicia delante de sí >>

    <<Después del caballerizo mayor iba el Rey, que llevaba una ropa de montar de terciopelo negro  llena de cuchilladas, de las cuales el fondo era de tela de oro, alrededor del cuello el collar del Toisón y encima de la cabeza una montera de terciopelo negro con una pluma blanca de avestruz en ella. Al lado diestro de dicho señor Rey iba el obispo de Palencia, quien por su continente parecía ser un muy reverendo prelado, llevando encima de su ropa de escarlata una sobrepelliz de fina tela a manera de crespón y en la cabeza un sombrero pastoral con cintas y borlas de seda, bastante parecido a un capelo cardenalicio, salvo que no era rojo y al lado siniestro del Rey iba el señor condestable, que era un anciano honrado noble, el cual se había puesto un largo vestido de raso negro, recortado con cuchilladas, de las cuales el fondo era de tela de oro >>

    <<Ciertamente, era grato el ver al joven príncipe en medio de aquello dos notables personajes. Después del Rey iba doña Leonor, su hermana, vestida con un vestido de tela de oro con fondo de raso carmesí, y detrás, al lado siniestro, le acompañaba el hijo mayor del condestable, vestido con una capa de tela de oro y la casaca y jubón, en parte de tela de oro, de tela de plata y de terciopelo carmesí. Después iba la señora de Chievres ... y con tal pompa entró el Rey en el pueblo de Becerril el último día de octubre, víspera de Todos los Santos>>

<<Al día siguiente, por la solemnidad del día, mandó cantar la misa y el oficio divino, por la tarde las vísperas, y poco después las vigilias de los muertos, como es costumbre de la santa Iglesia entre toda la cristiandad>>

Puerta de entrada al pueblo. Restos de la antigua muralla.

    Bello relato de como el Rey Carlos I, legítimo heredero  del Reino de  España, futuro emperador del Sacro Imperio Romano Germánico con el nombre de Carlos V, entró durante su recorrido en la villa de Becerril de Campos en el primer viaje que realizó a España en el año1.517 para tomar posesión de su reino.

Humilladero.
   Si animados hoy, al finalizar  esta lectura y convenientemente ambientados, cerramos los ojos y damos rienda suelta a nuestra imaginación, tal vez escucharemos, acompasando al regio desfile, el sonar de trompetas, clarines y atabales, el nervioso repique de campanas anunciando la llegada del rey; veremos en nuestras retinas el ondear de multicolores banderas y gallardetes enarbolados en  torres  y murallas; sentiremos en nuestro corazón el bullir de gentes agolpadas en rededor de la comitiva, y nosotros mismos, tal vez, emocionados, aclamaremos al rey en un deseo de que todo aquello sea realidad.

   Aquellos tiempos ya pasaron y  Becerril, llamado el Moscú de Campos por sus siete torres que miraban al cielo,  conserva todavía en sus calles y en sus gentes el señorío y la hidalguía de aquellos pueblos que fueron y tuvieron, y  la puerta de su antigua muralla, hoy todavía en pie, nos contaría, si pudiera hablar, añoranzas de un noble y lejano  pasado.

    Así lo vio, y así lo escribió, el viajero y ayuda de cámara del joven soberano,  Laurent Vital en su libro "Relación Del Primer Viaje A España De Carlos I Con su desembarco en Asturias".



José Herrero Vallejo

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