lunes, 2 de mayo de 2016

La Comunidad de Madrid celebró su fiesta


LA COMUNIDAD DE MADRID CELEBRÓ SU FIESTA


         Todo comenzó  cuando la España de entonces tuvo necesidad de cambiar, no se quiso seguir como  antes, y se estableció el estado de las comunidades y autonomías. Repartida la nación, a Madrid le correspondió lo que es la capital de España y su provincia y esto es lo que hoy se llama Comunidad Autónoma de Madrid. 

Dividido el territorio  que los Reyes Católicos unificaron, y que tantas guerras y trabajos había originado en los siglos pasados, surgió  la necesidad urgente de que cada Comunidad  se asignara a sí misma un día conmemorativo.  Apresuradamente, y quizá con un cierto desconcierto, ante tan nueva situación, cada una de las diecisiete comunidades eligieron lo que convenía en aquel entonces. Unas acertaron en la elección más que otras y como los errores e improvisaciones se pagan, estas últimas van arrastrando año tras año las consecuencias del desacierto. 

La Comunidad de Madrid, acertó. Eligió para ello un día en el que todos estamos reconocidos, sin discusiones posibles, pues es un día que recuerda una hazaña nacional, sin partidismos políticos, empresa en la que lucharon juntos y sin distinciones todas las gentes  de entonces y muchos patriotas entregaron su vida por una causa común en la que la España de aquella época tuvo mucho que ganar.

Todos los que hemos estudiado en los libros de Historia, conocemos la invasión militar de Napoleón y cómo se produjo un alzamiento nacional  ante la llamada que hizo el alcalde de  Móstoles, el día dos de mayo de 1808 a los españoles, y que finalizó con la derrota del enemigo y la incorporación para siempre de nombres  gloriosos a nuestra historia.

Agradecidos al esfuerzo y sacrificio de   estas gentes de antes, que ganaron y vencieron a un enemigo común, y conscientes de que esta hazaña  contribuyó en su momento al engrandecimiento y riqueza de nuestro país, es por lo que creo que este día fue bien elegido.

Lo que sí sé, es que aquí, en Madrid, no hay sentimiento nacional propio, se respira alegría, ilusión y sana convivencia en los actos de celebración del Día de la Comunidad de Madrid, el Dos de Mayo. Fiesta oficial, cielo azul, ambiente primaveral en un Madrid rebosante de familias con niños, matrimonios, parejas de novios, jardines rabiosamente floridos y un montón de gente trabajadora en la calle, en un descanso laboral acertado, en un marco muy  apropiado y además bello.

En la gran explanada de la Plaza de Oriente, presidido  por el magnífico  Palacio Real, a las siete de la tarde comenzó uno de los actos  mas vistosos de las Fiestas del Dos de Mayo, las retretas militares. Allí, en perfecto orden y formación, con gran expectación, se encontraban encabezando el desfile  Escuadras de Batidores y Bandas de Trompetas y Timbales de los Escuadrones de Caballería de la Policía Municipal y  de la Guardia Civil en uniformes de gran gala, guarniciones de Regimientos de Infantería y Guardia Civil con uniformes de época en vistosos coloridos, escuadras de gastadores con bandas de música, que en su marchoso desfilar, llenaron de alegres sonidos musicales las bulliciosas y alegres calles madrileñas. Festivales taurinos  al estilo goyesco de la época y otras muchas atracciones llenaron un día de fiesta para todos.

A la mañana siguiente, todavía a oscuras, en horas muy tempranas, los mismos  que ayer se divertían llenaban autopistas y carreteras para llegar a un trabajo, un trabajo  las mayoría de las veces prolongado, pero que da satisfacción y orgullo a una Comunidad constante y de gran porvenir, pues el tiempo futuro será, con seguridad, el resultado de una adecuada y verdadera integración de los tiempos pasados con los tiempos presentes...


                                                                                                                 José Herrero Vallejo

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