HERENCIA COMUNERA
Se acerca el día en el que
Festejo del Día de la Comunidad de Castilla y León en la campa de Villalar de los Comuneros, el día 23 de abril. Se enarbolan las banderas con los signos pertenecientes al rey Fernando III. |
Con motivo de este acontecimiento, tendrán ocasión
de comprobar, como, en estas fechas, todos los periódicos de la región, se llenan de
artículos discordantes a favor y en contra de la celebración de este día, y como se solicita de los responsables de la organización, que se establezcan medidas
de seguridad en el lugar donde tiene lugar tal celebración, en la llamada campa
o descampado de Villalar, para evitar encuentros desagradables
Esta
es la impresión que uno tiene cuando se
entretiene rebuscando en las hemerotecas
que recogen las opiniones escritas de
unos y de otros, acerca de la idoneidad
de la celebración de esta día. Todos, unos y otros, y los demás, intentan en sus escritos imponer su criterio personal acerca del
significado de esta fiesta, haciendo uso de las mismas y únicas fuentes históricas de
las que todos disponemos; sin embargo, las opiniones de muchos de ellos difieren en su interpretación personal dependiendo
de las creencias, sentimientos u oportunidades personales.
Quizá
todo ello se deba a que esta historia, que sucedió ahora hace ya casi
500 años, se desarrolló en un contexto político y social confuso, difícil hoy
de comprender e interpretar, y en el que fueron defendidos e involucrados en el mismo bando, muchos y variados intereses, a veces
contrapuestos.
Unos historiadores dicen, que el motivo del enfrentamiento, fue el defender la economía de Castilla usurpada a saco por los recién llegados, otros acabar con la situación privilegiada que ocupaban los caballeros en muchos municipios, limitar las prerrogativas de la corona; otros que fue una revuelta popular para defenestrar el poder eclesiástico entrometido en los asuntos civiles del pueblo y otros, que fue la propia Iglesia la que participó, pues fueron muchos los clérigos que lucharon en este bando al grito de vivala
Inquisición y muchas más cosas. La lejanía histórica, los
diversos historiadores, cada uno en su versión personal, los cronistas encargados
de hacer historia oficial, los políticos partidistas, los otros, etc. Todos ellos fueron el motivo o causa de esta dispersión de opiniones, y de agrios
enfrentamientos dialécticos existentes todavía hoy en día, por no decir otra
cosa. Dicen que este movimiento comunero permaneció olvidado en la historia de
España, como otro más de los muchos acontecidos a lo largo de ella, pero que fue
resucitado por los llamados políticos liberales en las épocas absolutistas de
principios del siglo XIX, los cuales encontraron en estos hombres olvidados, un baluarte que
defender y creyeron ver en ellos sus predecesores de rebelión
contra el despotismo real existente en
aquella época. Este movimiento ideológico, se alojo entonces en una sociedad
secreta de carácter liberal, semejante a otras organizaciones masónicas de la
época, llamada Confederación. de los
Caballeros Comuneros que ha
mantenido su espíritu y ha llegado hasta nosotros.
Unos historiadores dicen, que el motivo del enfrentamiento, fue el defender la economía de Castilla usurpada a saco por los recién llegados, otros acabar con la situación privilegiada que ocupaban los caballeros en muchos municipios, limitar las prerrogativas de la corona; otros que fue una revuelta popular para defenestrar el poder eclesiástico entrometido en los asuntos civiles del pueblo y otros, que fue la propia Iglesia la que participó, pues fueron muchos los clérigos que lucharon en este bando al grito de viva
Cuando se estableció en España el estado de
comunidades y autonomías, surgió la necesidad urgente de que la Comunidad castellana-leonesa se asignara a sí misma un día conmemorativo. Eran épocas de cambio, se iniciaba
en España un nuevo ciclo de convivencia y también los gobernantes políticos de
entonces, de marcada ideología de partido, llenos de un liberalismo romántico, ansiosos
de la libertad encadenada durante años a
una dictadura, volvieron a encontrar de nuevo en los comuneros, como los
políticos liberales de 1.825, un ejemplo de lucha contra una opresión, la
libertad del pueblo.
Hoy no
sabemos si festejamos la derrota de nuestros pueblos comuneros frente al rey
mas poderoso de la Tierra…; no sabemos si festejamos la pobreza y pérdida de
liderazgo político y económico que surgió en Castilla a partir de entonces por
la desconfianza de la Corona, especialmente hacia aquellas ciudades comuneras
más significativas, cuyo liderazgo hoy no han conseguido recuperar; …no sabemos
si festejamos el arrojo y valentía de unos hombres que calcularon mal sus
efectivos, eligieron la lucha armada y perdieron… o si festejamos únicamente
una ideología trasnochada. Tampoco
sabemos por qué lo festejamos con charangas y alegrías, muchas de ellas de mal gusto, en un descampado de recuerdos
tan tristes en donde unos hombres murieron
por defender sus ideales. Si ellos lo supieran, tampoco les gustaría.
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